Los motivos por los que una empresa llega a tener problemas de liquidez son variados. La coyuntura económica, previsiones que fallan, bajo rendimiento, sobreexpansión en algunos casos… Esta falta de liquidez provoca tensiones financieras, o sea, que cuando llegan las diferentes remesas y además toca pagar las nóminas, puede que no tengamos suficiente para hacer frente a nuestra deuda.

En estos casos, lo frecuente es acudir al banco. Los bancos suelen darnos dinero a corto plazo y esto, poco a poco, si no hay una previsión o una estrategia financiera, puede endeudarnos hasta más allá de los límites que deberíamos traspasar hasta que llega un momento en el que ya no podemos hacer frente a más pagos ni a más deuda y es cuando tenemos que convocar concurso de acreedores.

La buena noticia es que salida para ese túnel. Pero será imprescindible asumir cierto cambio.
¿Cuál es nuestra forma de trabajar?

Aplicamos la metodología turnaround, que es introducir modificaciones en la gestión de la empresa para que la situación que está siendo dañina se amortigüe. Dicho de otro modo: hay que poner un torniquete para que la empresa deje de desangrarse. Y este punto es crítico. Cuanto antes apliquemos el torniquete, antes dejaremos de desangrarnos y más rápida podrá ser nuestra recuperación.

Partimos del análisis de la contabilidad y el análisis económico-financiero.
Realizamos un plan de viabilidad conjuntamente con la gerencia de la empresa. En este plan, establecemos cuáles serán los flujos a futuro y desarrollamos mejor la contabilidad, para disponer puntualmente de toda la información necesaria para hacer ajustes.
Gracias a este plan, somos capaces de conocer exactamente cuál es la necesidad de financiación, así que podemos renegociar con diferentes agentes (normalmente bancos) y reestructurar la deuda de tal forma que no ahogue las necesidades de la empresa.
Estas medidas se toman de forma muy rápida, para dejar de perder dinero lo antes posible.
Confeccionamos un cuadro de mando que sirve de panel de control para poder revisar periódicamente los diferentes indicadores y realizar los ajustes necesarios.
También ayudamos a revisar la estrategia de la empresa, dotándola de un modelo de negocio sólido y que sirva a futuro.

El tiempo que dura este proceso varía, porque depende de la situación de partida de cada empresa, de los objetivos deseados, de cuál sea el diagnóstico… Hay procesos de cambio que son más cortos y otros se alargan en el tiempo. Para las primeras medidas (análisis y renegociación/reestructura de deudas) podemos hablar de unos plazos de pocas semanas. Los planes de estabilización y vuelta a la normalidad pueden llevar unos pocos años, sin embargo.En cualquier caso, estamos hablando de un proceso de transformación que puede ser vital para la supervivencia y cuanto antes se afronte, más corto podrá ser este proceso.

Consúltanos tu caso y te podemos informar sin compromiso.

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